Haití

El terremoto del 12 de enero (7 grados escala Richter) demolió en 35 segundos una de las capitales más antigua del continente (Puerto Príncipe), dejando ver el límite de la realidad y la ficción. Puso en evidencia su recóndita tragedia: Haití, país de montañas sin árboles, con tumbas más grandes que sus casas.
Se sabe que la tala radical se extendió bajo la tiranía de los Duvalier desde 1957 para evitar que las guerrillas se escondieran, por ejemplo. Convertida en carbón vegetal, la leña restante es usada como combustible de la mayoría. Los desastres naturales se han multiplicado, huracanes y diluvios provocan aludes que destruyen laderas enteras y casuchas miserables.
En el S.17 fue la colonia más rica de Francia, en seguida fue la primera República de América Latina y la primera nación negra, libre y neta, de origen africano: bantúes, sudaneses, senegaleses, dahomey, se radicaron allí.
Más terrible que el terremoto ha sido entonces soportar su propia historia. EEUU ha sido el precursor y hasta impulsor de la tragedia. En los siglos 18, 19, 20 y 21, para ejercer control sobre el Caribe, ha llegado al extremo de instrumentalizarles el hambre, la pobreza, la exclusión y hasta la esclavitud.
La tragedia ha tomado tintes dantescos: Las dictaduras de Duvalier (papá doc y nené doc), constantes intervenciones militares aprobadas por ONU y embargos de la OEA (1991), corrupción rampante de funcionarios y militares, han dragado los intentos por mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos.
Para cerrar el circulo trágico se suma la arremetida de la naturaleza, los huracanes Gordon (1994), Noel (2007) Gustav (2008), Hanna (2008), Ike (2008), han dejado mas de 100.000 muertos y miles de damnificados.
Oh, Haití! los hermanos más pobres, anónimos y diferentes del continente. De cada 100 personas 49 son analfabetos, el resto escasamente primaria. Había 400.000 niños huérfanos antes del terremoto (Unicef). No hay centros de asistencia rurales, ni médicos, y tiene la más alta incidencia de SIDA del mundo. El PIB “per cápita” fueron escasos 407,3 v.s. 3.609,0 de América Latina en 2004. Llevan 40 años continuos sin crecimiento económico (- 5.2%). No existen empresas productivas, tan necesarias para canalizar la iniciativa privada.
Oh, Haití…. Haití….

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