CARLOS EDUARDO AMÉZQUITA Columnista La Nación
12. enero 2010
“Tengo un mundo de sensaciones un mundo de vibraciones que te puedo regalar, tengo dulzura para brindarte caricias para entregarte si tu me quieres amar.
“La noche se perdió en tu pelo... la luna se aferró a tu piel y el mar se sintió celoso y quiso en tus ojos, estar él también. Tu boca sensual, peligrosa... tus manos la dulzura son. Tu aliento fatal fuego lento que quema mis ansias y mi corazón. Y…No sé si tendrás otra hoguera que te queme tanto como lo hice yo, más nunca tendrás quien te quiera...lo juro por esta (¡mmuá!), como lo hice yo...
“Trigal, donde mis manos se dilatan, se comprimen y arrebatan. Dame el trigal de tus amores para calmar viejos dolores... con el pan de tu trigal. Dame tu surco y dame vida... Borra mi tiempo y esta herida…
“Yo le aposté a la vida que jamás iba a llorar y a veces le hice trampa para poderle ganar pues yo no sé perder nací para triunfar y aquí, ya ves, yo estoy y río igual…Al final la vida sigue igual – eh!
“Suenen guitarras al viento que quiero mi aliento perder al bailar (every body!). Quiero dejar que mi alma se olvide de todo vibrando al bailar, Quiero perder mi amargura, vivir mi locura, bailar y bailar. Y… ¡Quiero llenarme de ti! quiero poderte encontrar entre la naturaleza y mi vieja tristeza, poder olvidar.
Además París “Renovado esplendor esta noche hay en ti... Que bonita que estas, que bien luces así, con el blanco marfil del vestido de tul, maquillada muy bien y tu tapado azul. Y los hombres envidian mi suerte. Lo común se transforma ante mi... orgulloso te llevo del brazo, y Paris se arrodilla ante ti.
Epígrafe: “No quiero que me lloren cuando me vaya a la eternidad, quiero que me recuerden como a la misma felicidad; pues yo estaré en el aire, entre las piedras y en el palmar; estaré entre la arena y sobre el viento que agita el mar. Una muchacha y una guitarra para poder cantar, esas son cosas que en esta vida nunca me han de faltar. Siempre cantando siempre bailando yo quisiera morir…” (Sandro de las Américas) ¡Hasta siempre amigo!
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