¿MONROISMO O BOLIVARISMO?

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La enmienda constitucional aprobada en Venezuela (II-15-09) abre oportunidades para quienes habiendo sido elegidos en cargos de voto popular y si lo ameritan, el pueblo los podrá reelegir.

Calificada por observadores internacionales como la consulta “más confiable y auditable del mundo” se desarrolló sin necesidad de aguijar la guerra. ¿Qué motivo tal eclosión social?

Como otros, Venezuela continúa buscando alternativas democráticas a más de 200 años de atraso económico, pobreza, inequidad, débil liderazgo político, desconfianza, inseguridad, corrupción, ineficiente aprovechamiento de recursos renovables y no renovables.

Deberíamos creer que la explicación del proceso se encuentra en la historia. Primero, Venezuela es la cuna del libertador Bolívar y eso pesa demasiado en el imaginario. Segundo, los tradicionales problemas del pueblo empiezan a ser escuchados y atendidos. Tercero, ha sostenido las mayores relaciones con Europa que cualquiera de nuestros países. Esto también pesa en el imaginario.

Indalecio Liévano Aguirre (1917-1982) nos alerta en su texto “Bolivarismo y Monroísmo”, sobre la trascendencia de un pleito aun sin disolverse. Se refiere a la histórica tensión que causó la tirantez: De un lado, la visión liberadora, nacionalista, democrática, popular y socialista, expresada en la Doctrina Bolivariana (Congreso Anfictiónico de Panamá, 1826), y del otro, la arrogante Doctrina Monroe (“América para los Americanos”,1823).

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