Es posible que tu navegador no permita visualizar esta imagen.
¿Es posible la integración latinoamericana? ¿Cómo podemos construir nacionalidad integrada? ¿Es el desarrollo regional una utopía? Estos entresijos nos llevan al esplendoroso mundo de las utopías y su importancia regional.
Para muchos es un argumento que la globalización ha convertido en obsoleto y perverso, debido al nuevo orden mundial impuesto por el capital financiero y el pragmatismo economicista, en el que no caben las quimeras.
Las utopías son anticipaciones del futuro. La representación fantasiosa de una sociedad, que contiene propuestas de solución a los problemas, aún no resueltas. En ellas pueden confluir simultáneamente deseos y pesadillas - afirma el antropólogo alemán, Norbert Elías, de origen judío (1897 – 1990) en su libro “Como pueden las utopías científicas y literarias influir sobre el futuro”.
"Las utopías de generaciones pasadas pueden servir a sus descendientes como un indicador fiel y acertado, de las angustias y esperanzas, de los anhelos y pesadillas de sus grupos ancestrales, como de clases sociales, grupos etáreos o de género e incluso de naciones enteras".
Piénsese en “Utopía” del humanista Tomás Moro (1478 – 1535): Él inventó una sociedad alternativa que en muchos sentidos fue contraimagen de la sociedad en la que se hallaba. H.G. Wells, filósofo y político inglés, el escritor de utopías más productivo de finales del siglo XIX (1866 – 1946), se inspiró en los beneficios de la ciencia, los avances tecnológicos y la educación. El inspirante huilense José Eustasio Rivera (1889 – 1928) creó la utopía “Tierra de Promisión”, etc.
Para quienes se preguntan sobre el valor agregado de la “utopía” les dejo con el mexicano Erasmo Nava Espíritu (1992): “Si la realidad en que vives te agobia, transpórtate a “ninguna parte” y sueña que eres feliz. Sueña que los políticos han desaparecido, que los abates ya cuelgan sus hábitos, que tu ciudad es sumamente limpia, que los policías no roban, que no hay lujosos edificios; pero tampoco casas pobres. Sueña que se acabó la propiedad privada y que todo lo disfrutan todos. Sueña que el oro ya no vale, que nadie permanece ocioso porque se hallan cumpliendo en el trabajo, y los niños, los enfermos y ancianos no trabajan. Sueña que los vicios abandonaron la ciudad y en su lugar florecen las virtudes”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario